Antecedentes de mi ictus

21/3/2020 - Desde los 12 años, creo recordar, prácticamente toda mi vida he sido adicto a las vitaminas. A pesar de que muchos médicos no lo aconsejan, he tomado complejos vitamínicos de forma constante alternando con periodos de descanso. Lo cierto es que nunca he padecido ninguna enfermedad, salvo algún resfriado invernal. A partir de los 35 años, como debería hacer todo el mundo, comencé a hacerme analíticas completas de sangre y orina cada año con unos resultados excelentes, incluso el colesterol me salía rondando los 190. Todo muy bien.

A los 50 años siendo consciente que entraba en la década del clímax de la juventud decidí comprarme un tensiómetro, como hacen todos los viejos, para controlarme periódicamente la tensión y mi sorpresa fue descubrir que mi cuerpo era una maquina de precisión, siempre obtenía el mismo resultado, 12.5 de alta, 7.5 de mínima y una media de 57 pulsaciones por minuto, como un perfecto deportista. Cosa curiosa porque, a excepción del sexo, el deporte y yo estamos reñidos, no me gusta ni tan siquiera el futbol desde el sofá.
Y por si esto es poco, mi trabajo es muy sedentario, siempre sentado frente a ordenadores y equipos electrónicos.

Por tanto no comprendo muy bien por qué tengo pulsaciones de deportista.
La gastronomía, la cocina y la buena alimentación sana ha sido siempre mi pasión y cuando conocí a Rosa –mi mujer- lo adoptó como forma de vida, por ello en casa siempre hemos hecho una dieta saludable, aunque debo aclarar que jamás he renunciado a comer putaditas y gorrinadas: zarajos, embutido, mollejas, higaditos, callos, etc. eso sí, con moderación.

A los 45 años conseguí desengancharme de la esclavitud del tabaco y como consecuencia empecé a desarrollar una hermosa barriguita cervecera cebada por la buena mesa. Fue entonces, en 2004, cuando diseñé y publiqué gratis mi dieta JV en www.portaladelgazar.com con la que conseguí adelgazar sin privarme absolutamente de nada, ni de las grasas, ni de hidratos, ni de la cerveza. Hoy en día peso 67 kilos y las personas que me conocen saben que no me privo de nada.